Como la seda son sus aguas,
tan oscuras y brillantes
se muestran bajo el sol;
se manifiestan en inmensos mantos,
se desarman en la orilla
acariciando suavemente
sus trocitos de oro,
por acá muy húmedos,
por allá muy suaves
pero hervidos de calor.
¿Por qué allí mi mente vuela tan
alto que olvido mi nombre?
Caminarte es sentir paz, tranquilidad, libertad.
Volar es escuchar tu dulce canción.
Navegar muy lejos de la realidad
es oír tu suave viento,
tu abrupta inmensidad.
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