"La literatura es magia, es aparecer entre la gente sin estar físicamente, es entrar en las almas sin tener que tocar la puerta".

Doménico Estrada

lunes, 14 de octubre de 2013

"Realidad virtual" de Camila González

        Desperté y no reconocí nada de lo que estaba en la habitación. Definitivamente, no estaba en mi casa. Me asusté. Por un momento, pensé que había sido raptada. La realidad no era muy diferente.
De pronto, otro hombre entró. Aunque me sorprendió su presencia, no sentí miedo. No pensé que me haría daño, sino que estaba en la misma situación que yo. En otro lugar que no era su casa, confundido, desconcertado.
Estábamos en un departamento casi vacío, si no fuese por un televisor gigante. No podíamos hablar, tampoco queríamos hacerlo. Nuestros lenguajes eran diferentes. La situación era demasiado incómoda. Éramos dos completos desconocidos en una misma habitación y, al parecer, así tendríamos que convivir.
Ambos sabíamos por qué estábamos donde estábamos. La tecnología nos había llevado a ese punto. Una persona -su identidad no importa- decidió que lo mejor para la humanidad era "empezar de nuevo", en un mundo casi virtual. Una noche, cada persona, mientras dormía, fue trasladada hacia otra parte del mundo con el objetivo de aprender a convivir con otros. El objetivo: terminar con el racismo y reforzar la compasión.
La humanidad retrocedió muchos años, volviendo a un pseudoteocentrismo. La persona que creó este "nuevo mundo" era considerada un dios, al que todos le debían su existencia. Nos vigilaba en todo momento y cuando veía un acto de mezquindad o malicia, aplicaba castigos, como el aislamiento por tiempo indefinido. Hasta que la persona no mostraba mejoras o el comportamiento que este supuesto dios creía correcto, no podía salir de su celda. A veces la soledad era tan insoportable que la gente se refugiaba en la locura. Pero, mientras tanto, así este creador planeaba una humanidad pura, buena. Sus intenciones no eran malas, pero sus métodos...
Sus resultados fueron satisfactorios de todas maneras. Las personas aprendieron mucho de estas experiencias. Realmente fue un mundo nuevo. Renovó el universo en el que estábamos viviendo. Las sociedades viven en paz. En realidad, hay una sola sociedad mundial. La gente no se separa por razas, lenguaje o posición económica. La realidad  virtual en la que vivimos modificó nuestras personalidades, nuestras almas. Hoy podemos decir que el mundo está en paz gracias a la tecnología.

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