"La literatura es magia, es aparecer entre la gente sin estar físicamente, es entrar en las almas sin tener que tocar la puerta".

Doménico Estrada

lunes, 14 de octubre de 2013

"A través del tiempo" de Fernando Staffa

          Desde que le regalaron ese reloj, Pablo quedó fascinado. Tenía múltiples funciones: radio, sensor de temperatura y hasta una pantalla LED de televisión. Cuando fue su cumpleaños, le fue fácil a su abuelo elegir el regalo, porque conocía muy bien los gustos de su nieto. 
 Pablo había guardado hasta la caja original en la que venía el reloj. No se cansaba de leer la frase de letras doradas: "La máquina del tiempo". Esta frase que sólo parecía un eslogan publicitario guardaba un misterio que sólo él llegaría a descubrir.
 Una tarde recibió una noticia que jamás hubiera querido saber. Su amigo de hacía diez años, su mejor amigo, estaba enfermo y no había tratamiento posible para que se curara. Esa noche, Pablo no podía conciliar el sueño,  veía en su reloj pasar las horas sin consuelo, deseando que un milagro salvara la vida de su amigo, hasta que agotado, se durmió.
 Al despertar, intentó de a poco tomar contacto con la triste realidad, tenía que prepararse para continuar con su vida. Pensó que aún estaba bajo los efectos del sueño, porque no reconocía su habitación. Se puso de pie, levantó la persiana y ya nada era igual, ni su casa ni el exterior eran como la noche anterior. Estaba solo en la vivienda y su hermoso reloj indicaba el día y el mes correcto, pero el tiempo se había adelantado veinte años.
 Pablo no podía creerlo y decidió confirmar los datos encendiendo la pequeña pantalla del televisor. Entonces, apareció una placa roja con letras blancas con la leyenda "Urgente, Pablo, ve al hospital de tu barrio y pide el tratamiento para tu amigo". 
 El joven no sabía qué hacer, pero decidió ir al nosocomio. Al llegar, su sorpresa fue inmensa, igual que su alegría, cuando comprobó que en ese futuro estaba la cura para su amigo. Cuando sacó el reloj nuevamente, en la pantalla LED podía leerse: "Si lo deseas con el corazón, se te cumplirá".
 Supo que era verdad, deseó con el alma volver veinte años atrás y lo logró. Pablo convenció a los médicos y padres de su amigo de iniciar el tratamiento que él les sugería, les rogó que confiaran y no hicieran demasiadas preguntas. Desde entonces, ese reloj, que salvó a su mejor amigo, se convirtió para él en el objeto más preciado.

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