Hace mucho
tiempo, un hombre llamado Daniel iba caminando por la calle cuando de pronto
vio una casa extraña que brillaba dentro de un callejón. Se acercó y levantó
del piso una brújula. De vuelta a su casa, descubrió que esta brújula tenía
poderes para manipular el tiempo.
Con el correr
de los días, Daniel fue manipulando toda su vida con la brújula toda, a tal
punto que logró volverse millonario y poderoso. Pero un día se dio cuenta de
que con la avaricia fue perdiendo todo lo más importante: la familia, las
amistades, los valores... Arrepentido por todo lo que había hecho, intentó
remediar la situación, pero fue en vano, ya que era demasiado tarde.
Una noche en el
camino a su casa, iba solo por la calle cuando de repente miró el cielo y vio
pasar una estrella fugaz y, con la poca esperanza que le quedaba, le pidió,
cerrando sus ojos: "Por favor, vuelve el tiempo atrás. Estoy arrepentido
de lo que hice".
Al día
siguiente, amaneció en el callejón donde había encontrado la brújula, pero esta
vez la dejó allí y se fue. Continuó con su vida y, si bien no logró ser un
millonario poderoso, tuvo lo más importante en el mundo: su familia y sus
amigos.
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